Con motivo de la celebración del Día del Libro, las alumnas Inmaculada Carrasquilla Ruiz (1º ESO), Paula García Chacón (2º ESO), Miriam bujalence Onieva (3ºESO) y Marta Morales Ramírez (2º BTO) leyeron los textos premiados en nuestro concurso literario de este año. Aquí os los presentamos con la intención de que podáis disfrutar de ellos y os animéis a participar en las próximas convocatorias.
POESÍA
PRIMER PREMIO DE POESÍA. CURSO
2014-2015.
PAULA GARCÍA CHACÓN (2º ESO)
Y mirar...
Poseía un deseo.
Lo mantenía escondido
como una joya
preciosa
y brillante,
porque en cierto modo
lo era.
Su más anhelado deseo
consistía en mirar.
Quería sentarse
frente
al océano y mirar.
Salvaje,
impredecible,
voluble,
pusilánime,
fría,
cambiante,
caprichosa,
excitante,
atrevida,
salvaje...
Agua.
Sin prisas.
Solo agua.
Y perderse.
Agua.
Y mirar...
Agua,
olor a recuerdos
y sabor a libertad.
Y mirar...
Agua.
PRIMER PREMIO DE POESÍA. CURSO 2014-2015.
MARTA MORALES RAMÍREZ (2º BTO.
CIENCIAS E INGENIERÍA)
MÍO Y SÓLO MÍO
Y pretender escapar de este mundo de realidad ciega.
Y clamar a la mañana y desear una muerte idealizada,
con certeza y sin pena.
Y construir un castillo de misterios sin castigo ni dilema.
Y amar con sentimiento y sin diadema, con traza de alegría
y desechando lo egregio.
Y sentirse gigante, siendo pigmeo.
Y creer en el destino y soñar sin olvido.
Y recordar lo olvidado y olvidar lo vivido.
Y querer lo imaginado y despreciar lo divino.
Y saber que no hay nada nuevo bajo el sol,
y que somos libres, como las nubes que vuelan.
RELATO
PRIMER PREMIO DE RELATO. CURSO 2014-2015.
PAULA GARCÍA CHACÓN
(2º ESO)
Agridulce
«Tenía el
cabello ensortijado y los ojos color andaluz contrastaban con su acento
argentino. Vino a Cádiz una noche, a las ocho de la mañana, a observar una
quietud inmaculada y fría, curiosamente llamada Luna. Solo que él aún no lo
sabía, y atribuía la intención de su viaje a unas meras vacaciones de verano.
Ingenuos, nunca imaginarían que era una enredadera mordaz, y a la vez dulce,
del destino.
Aunque carente
de dos alas y apesadumbrado por dos cuernos del pasado, era un ángel. Su
sonrisa era celestial; su mirada, pura y su ropa, clara. Andaba al son de una
melodía inexistente regalando miradas curiosas en una ciudad desconocida,
prometiéndose volver, absorbiendo vida con sus cinco sentidos.
Cansado, se
sentó en la mesa que se había vuelto habitual para él mientras esperaba a que
alguien le atendiera. Miraba de soslayo aquel cielo pulcro interrumpido por una
bandada de pájaros que lo surcaba. Le gustaría ser uno de ellos y volar lejos,
obviando ser preso de los clichés. Puede que inconscientemente, estuviera allí
por eso, para aprender a emigrar y dar un cambio en su vida. La camarera apartó
sus pensamientos con su presencia y una simple pregunta.
-¿Qué va a
tomar?- Intentó sonreír tras sus grandes gafas de pasta al reconocerle.
Últimamente iba mucho, supuso que sería por el buen servicio. Algo lejos de la
realidad.
Sonrió al verla.
Llevaba el cabello recogido en un moño casero y desprendía prisa al andar. Le
gustaba mirarla, tenía una belleza diferente, especial, frágil... Poseía unos
labios atrayentes, y sin embargo parecía no darse cuenta de cuán bonita era,
valorando mucho más la inteligencia que también adornaba su rostro. Adoraba su
nariz imperfecta, los rizos que se escabullían de su deformado recogido, su palidez
incomprensible... Cuánto le gustaba mirarla...
-¿Vuelvo luego?-
Lo preguntó con timidez, intimidada al observar que sus ojos estaban posados en
ella.
-No, claro que
no, perdona- respondió él con zozobra al haber sido descubierto contemplándola.
-Bueno, ¿qué
desea?- ella nunca hubiese imaginado las siguientes palabras de él, y le
sorprendió la bandada de mariposas que revolotearon en su estómago.
-Querría un zumo
de piña- una mirada pícara- y que me acompañaras esta noche a ver las estrellas
a las dunas.
Agosto. Cádiz.
Estrellas, arena y mar. Solo se necesitaba un «Sí» para que fuera perfecto. Y
sin embargo...
-Lo siento, no
puedo.
Recogió la mesa,
y entró al clásico café para turistas en el que trabajaba los veranos para
conseguir una paga extra. Se sentía mareada, confusa, inusualmente feliz por la
propuesta, inusualmente tonta por haberla rechazado, inusualmente bien,
inusualmente mal... Solo quería vomitar, y eso le dolió aún más. Tras años de
psicólogo, a veces recaía y actuaba de esta forma ante tales situaciones de
intenso nerviosismo. Contuvo las lágrimas y volvió a salir con una bandeja en
las manos y una pequeña botella de vidrio sobre ella. Respiró profundamente
antes de acercarse a su mesa.
-Iré- pronunció
esa simple palabra y embozó una sonrisa.
Levantó la
mirada con el fin de encontrarse con la suya, pero en la pequeña mesa de la
terracita no había nadie. Agrupó con desagrado las monedas que él había dejado
al marcharse, seguramente decepcionado ante la negativa de ella.
Bajo el vaso que
él había utilizado reposaba una servilleta nada llamativa, pero la camarera
observó una anomalía en ella. Había escrito una serie de números y una
anotación:
“En realidad,
las estrellas son una excusa. Solo quiero saber tu nombre. Ven esta noche, ojos
profundos”.
Se sonrojó.
Iría, claro que iría. »
Su mente
reproducían estos dulces recuerdos, y solían pensar en ellos como el inicio de
un todo
casi infinito, puro,
mágico. Un todo que, como todos, comenzó con la nada. Una nada que, como
ninguna, era amante sin saberlo. Una historia que comienza cuando ella,
inocente y bonita, luce un sencillo vestido blanco que la semejaba con el surco
iluminado del firmamento, haciendo honor a su nombre. Cuando, tras el usual
rubor de ambos y el sofoco repentino, se sentaron sobre la fina arena y
comenzaron a hablar. Cuando sus manos rozaron levemente. Cuando se
entrelazaron. Cuando el tiempo corrió como nunca. Cuando las estrellas fugaces
dejaron de ser lo más especial en ese momento.
Ahí comenzó la
historia de dos pobres, locos, tontos, empalagosos, extraños... enamorados. Así
aprendieron a guardar secretos.
»Soplaba una
brisa apacible, y algunas parejas caminaban sobre la orilla enredando sus
cabellos con el viento juguetón. Las huellas que dejaban tras ellos eran
inmediatamente borradas por el océano, al igual que algunos castillos donde los
infantes habían concentrado su ilusión y su trabajo. Al compás de aquel rumor,
jóvenes novios demostraban su amor al mundo, y los veteranos se lo recordaban.
El aroma que desprendía el paisaje era a últimos días de verano. Segundos, o
puede que años después, el cielo se tiñó del color de las mejillas de la
primera vez.
Luna y Agus,
abrazados bajo aquel inmenso escarlata con tonos rosáceos y violetas,
recordaban. Imaginaban qué hubiera sido de sus vidas de no haber sido por
aquella servilleta de tiempo, mucho tiempo atrás. Tras un nuevo beso, se
mantuvieron en silencio y observaron, una vez más, las estrellas. Suavemente,
él vertió una pequeña cantidad de granos de arena sobre la palma de ella. Ella
sonrió con ternura, y su mano se perdió entre sus rizos de azabache. Una mirada
oliva fundida con una color miel. Olvidaron sus arrugas.
-Y pensar que
hace cincuenta años nos mirábamos en estas mismas dunas...-dijo de pronto,
nostálgica.
-Y pensar que
estaba enamorado de ti antes de conocerte...-reconoció él.
-Y pensar que
aprendí a soñar por ti...
-Y pensar que
aprendí contigo que el punto y final es siempre acompañado por dos puntos
suspensivos...
-Y pensar que
creí que no te volvería a ver...
Amores de
verano. Intensos, efímeros. De mieles, de incertidumbre. El placer abandonado
en el amor. Imposibles, quizá demasiado. Ilusiones en forma de cartas y besos
con sabor a sal.
Un futuro
incierto, el de los amores de verano. Dibujado para que viva el recuerdo y para
calmar pasiones. Futuro... utópico. Irrealizable.
»Y todo aquello
surcó sus mentes cuando ella preguntó enrollándose un mechón en el dedo, de esa
forma tan suya que a él volvía loco, que qué iba a tomar.
A lo que aquel
afortunado de piel bronceada y voz cálida respondió:
-Un zumo de
piña, por favor- Una mirada pícara-. Gracias.
El destino se
concentra en las palabras, y estas merecen ser escuchadas.
ÁCCESIT DE RELATO. CURSO
2014-2015.
INMACULADA CARRASQUILLA RUIZ (2º ESO)
TRAICIÓN DE AMOR
El buque pirata surcaba las frías
y oscuras aguas del Mediterráneo a una velocidad endiablada. Era noche cerrada
y la luna brillaba con poderío sobre el mar, sin duda, una espectacular visión.
Las velas habían sido desplegadas para aprovechar el impetuoso viento de popa.
En la proa, David Brooks,- pues así se llamaba el capitán-, observaba el horizonte
con cierta impaciencia, esperando vislumbrar las costas de Sicilia. Escondidos
en la bodega, cincuenta peligrosos piratas armados hasta los dientes confiaban
ciega y plenamente en su capitán…, pero ello cambiaría en breve.
David tenía un secreto única y
exclusivamente compartido con su corazón. Hizo creer a su tripulación que en
Sicilia las aguardaba un espléndido tesoro custodiado por el muy temido Graham
Malik. Pero, en realidad, lo único que
Malik retenía en sus mazmorras, era a una bella doncella, Valeria, hija de un
almirante de la Armada
Española. Tiempo atrás, Brooks fue apresado por dicho almirante y, durante su
cautiverio, conoció a Valeria.
David Brooks…era ese típico inglés dotado
agraciadamente de pelo rubio como el oro resplandeciente. Cuando él te dirigía
la mirada con sus ojos verdes penetrantes, todos tus males y preocupaciones se
disipaban en el olvido…transmitía demasiada confianza…
Valeria…tan delicada como una
débil rosa intentando luchar contra el gélido invierno. Todo se debía a su vida
amorosa. Tantos hombres que le prometieron soñar con la luna y solo le causaron
pesadillas. Tantos y tantos que le rompieron el corazón, que solo le quedó un
pequeño fragmento confiado a su “pirata azul”, también llamado David Brooks.
Graham Malik…un viejo amargado
que cada noche la “daba a la botella”. Su vida se reducía a beber y secuestrar.
Mucho tiempo atrás, un hombre asesinó a su mujer que desgraciadamente portaba
en sí lo que iba a ser un nuevo miembro en su familia. Malik, trastornado, empezó
a secuestrar muchachas buscando un parecido con su difunta mujer, y a hombres
buscando al asesino. Si estas inocentes personas no le convencían, las mataba
en el acto…
El buque siguió con su travesía,
pero la voz temblorosa de Martin, el vigía, advirtió que un galeón se acercaba
a ellos con intención de invadirlos. “¡Enarbolad la bandera! ¿Preparados para
abordar? ¡Al abordaje, entonces!”, dijo el capitán. Ambas tripulaciones se
encarnizaron en una lucha sanguinaria a la vez que salada. Alfanjes, dagas,
trabucos y demás volaban por los aires y los sonidos escalofriantes de los
cañones de culebrinas, iban acompañados de astillas afiladas como cuchillas.
Tras una larga lucha, los piratas de Brooks, a duras penas, ganaron la
mortífera batalla. “¡Abordar el barco!”, ordenó el capitán. Entonces, David
entró en el alcázar del antiguo capitán apoderándose así de dos cofres llenos
de rubíes, diamantes, zafiros, ópalos, lapislázuli, onzas, ducados, reales de
vellón, crucifijos, gargantillas, broches, entre otros. Volvió a su buque y
continuaron su camino, aunque esta vez con veintitrés piratas menos.
Al cabo de un rato, la voz de
Martin volvió a ser oída, pero esta vez tenía muy buenas noticias: “¡Sicilia a
la vista!”, gritó rebosando alegría. En la proa, Brooks, con su catalejo,
observaba a Malik en la orilla, esperándoles, con ansia al lado de Valeria y
con una daga en la mano. “¡Fondead el barco!, ¡Yo voy a bogar!, ¡Esta lucha
solo me pertenece a mí!”, dijo David. Se apresuró a la orilla con un trabuco y
un cuchillo. “¡Suelta el trabuco o de lo contrario usaré yo mi mosquete!”, dijo
Graham. Los dos a la vez soltaron sus armas y solo se quedaron con las blancas.
“Si ganas tú, la muchacha será tuya, si ganó yo habré conseguido mi meta,
mataros a los dos”, dijo Malik con una sonrisa maligna. Empezaron a luchar.
Por otra parte, en el barco, los
piratas observaban la escena con cierta duda. Se preguntaban: ¿Qué pinta esa
muchacha ahí? ¿Dónde está el ansiado botín de Graham Malik? Entonces, al
momento, comprendieron que habían sido traicionados por su capitán.
En ese momento, Brooks hundió
su cuchillo en el corazón de Malik. Fue
a recibir a Valeria cuando le dijo: “bueno, en cuanto llegues te daré una
fregona y tienes que limpiar mi alcázar. Total, es lo único que las mujeres
sabéis hacer…” Valeria, decepcionada, con su único fragmento de corazón hecho
trizas, contestó: “Lo siento, pero yo con una persona tan machista que solo me
quiera para eso, no puedo estar”. Brooks, cabreado, le dijo: “Pues si no me
sirves para eso, no me sirves para nada. Nos vemos en la otra vida”. Cogió su
cuchillo con ánimos de usarlo contra Valeria pero ella, viendo sus intenciones,
cogió el mosquete en unos movimientos ágiles y mató a su querido David Brooks.
Al cabo de un tiempo, se convirtió en la capitana pirata más temida de todas
las aguas saladas. Cambió completamente. Ahora era despiadada, malévola,…”no
tenía corazón”.
Moraleja: Nunca subestimes a una mujer. Si eres un hombre el que estás leyendo
esto, recuerda que las mujeres somos más valiosas que cualquier tesoro
pirata…jamás lo olvides…
ÁCCESIT DE RELATO. CURSO 2014-2015.
MIRIAM BUJALANCE ONIEVA (3º ESO)
Mensajero
Ya hace
mucho tiempo desde
la última vez
que vi la cara de mi
papá. Los días
cada vez son
más largos y mi
cuerpo no da
para más. Los
cadáveres se están
apilando de manera
más rápida por
las calles y
estoy muy asustado
para salir y
comprobar si los
del campamento vecino están
a salvo. Me
llamo Baako y tengo
9 años y medio,
hijo de un Ivoirité y
una madre de
sangre musulmana. Desde
que los soldados
comenzaron con la
campaña para identificar
los marfileños de
sangre pura, mi
papá decidió integrarme
en el campamento
Po en Burkina
Faso, mi actual
residencia. Todavía no
estoy seguro de
por qué lo
hizo, no me
dio ninguna explicación.
Papá conocía a
un hombre aquí
en el campamento,
su nombre era
Chigaru, y me
confió a él.
Desde mi llegada a Po
no lo he
vuelto a ver.
Chigaru me explicó
que nuestro país
estaba en malas
manos y que
nosotros debíamos de
protegerlo con nuestras
vidas. A partir
de ese entonces, me
entrené junto a
más muchachos en
el campamento y
me hice muy
fuerte. Chigaru me
dijo que yo era
el más pequeño
de todos pero
el más valiente
de todos. Me
pregunto si papá
estará orgulloso de mí.
Un caluroso
día, Chigaru tuvo
que salir con
otros hombres fuera
del campamento. Iban en
filas, armados a
más no poder,
y dispuestos a
luchar hasta el
final. No pude
despedirme de Chigaru
tampoco, se fue
sin decir nada, igual
que mi papá. A
lo mejor se
iba a buscar
a mi papá… pero,
¿ y si no
vuelve? Los días
pasaban y el
grupo de Chigaru
no volvía. Los
adultos del campamento
siguen contándonos que
hay que liberar
al país de
las pestes que ya lo
han proclamado suyo.
Todas las noches
el almirante enciende
su radio y
sintoniza las noticias.
Mi grupo de
compañeros y yo
nos acercamos a
la tienda del
almirante y escuchamos
a un hombre
hablar sobre una
guerra en Costa
de Marfil. Las
interferencias hacen difícil
que se pueda
escuchar todo lo que
dice aquel hombre,
pero por lo
que pude entender,
había un grupo
de rebeldes que
se enfrentaba a
otro grupo de
soldados enviados por
el gobierno. No
pude interpretar el
resto de la
emisión, el hombre
hablaba muy deprisa
y las palabras
que usaba eran
muy raras. ¿Eran
los rebeldes los
tipos malos de
esta historia?¿Y si
éramos nosotros los
rebeldes? Haya lo que
haya fuera del
campamento, está en
contra de nosotros.
Muchos helicópteros
sobrevuelan el campamento
y muchas veces
se pueden escuchar
tiroteos en la
distancia, pero nadie ha intentado
invadir el campamento
aún. El miedo
va a acabar
conmigo. El almirante
nos entregó armas
de fuego para
usarlas en caso
de que algo
pasase. Ahora dormimos
con armas junto
a la cama
y comemos fuera
del comedor. La
guardia ha aumentado
y muchas veces
tengo que vigilar
por las noches.
El almirante ya
no se encuentra
en su tienda
por las noches
como solía hacer,
y los adultos
parecen estar atareados
durante todo el
día. El viento
trae un olor
a ceniza y
fuego con él,
y las provisiones
del almacén se
están agotando. Estando
en mi puesto
de vigilante una
noche, un soldado
despertó a todos
mis compañeros y
alertó al almirante.
El cuerpo francés
iba a atacar a
los pueblos del
alrededor, y la
resistencia estaba en
otra posición incapaz
de poder enfrentarse
a los franceses.
El almirante estaba
muy desesperado, empezó
a sermonear al
soldado y andaba
inquieto de un
lado a otro. Se
quedó pensativo durante
unos instantes y después
ordenó a mi grupo
de prepararse y
coger nuestras armas.
Saldríamos del campamento
al amanecer.
No sé
qué sentir ahora
mismo. Estamos a
punto de salir
por las puertas
del campamento que
nos dejó aislados
del exterior por
tanto tiempo, y
ahora íbamos a
enfrentarnos a la
realidad. No sé
que esperar, no
sé qué voy
a ver una
vez que la
polvareda se extinga
y no sé
si seré tan fuerte y
valiente como pensaba
que era. Siento
el metal de
mi arma y
lo aprieto con
decisión. Las puertas
se están comenzando
a abrir. Ahora
cuando el momento
ha llegado, sé que
lo único que
quiero llegar a
ser es un
mensajero. El mensajero
que sea capaz
de encontrar a
su papá y
ver que está
bien. El mensajero
con un mensaje cargado
de esperanza y
capaz de decir
que todo va
a solucionarse.
Por
las muertes causadas
en la Primera
guerra civil de
Costa de Marfil,
en la que se usaban
jóvenes menores de
edad.
MICRORRELATO
PRIMER PREMIO DE
MICRORRELATO. CURSO 2014-2015
PAULA GARCÍA CHACÓN (2º ESO)
Uno más
Llegó a casa con hielo en los huesos y frío en el alma.
Duro, cruel, y sádico invierno.
Sus mejillas sonrosadas semejaban una puesta de sol en un
país tropical que, por supuesto, nunca visitaría. Cerró la puerta con estrépito
y se apoyó en ella.
Suspiró. Una noche más a salvo.
Su madre le recibió con un fuerte abrazo que expresaba
innumerables sensaciones. Un abrazo de dulce amor maternal, un abrazo de
intensa preocupación contenida, un abrazo acompasado por suspiros de alivio.
Observó a sus hermanos pequeños sintiendo un pinchazo en el
corazón. Estaban demacrados, pálidos, desnutridos... Marcados por la miseria en
el rostro y mostrando la evidencia de su desgracia en sus frágiles cuerpos.
Segundos después, llegó su padre. Ahora sí, estaban todos
juntos y alejados de todo el mal que los repudiaba. Pero, de pronto, se
escucharon unos golpes en la puerta de furia incontrolada. El principio del
fin.
-¡Abrid malditos judíos!- Aunque no lo supieran, ya estaban
muertos.
PRIMER PREMIO DE
MICRORRELATO. CURSO 2014-2015.
MIRIAM BUJALANCE ONIEVA
(3º ESO)
Inmortal
La vida es
una historia demasiado
breve, con un principio algo cuestionable
y con un desenlace
todavía más refutable.
Por qué ha de existir
algo parecido a
la vida si
esta no es una existencia
inagotable, capaz de prescribirse
en el momento
menos deseado y
más inesperado. He
vivido más que
ningún ser humano,
se me concedió
el quehacer de
custodiar ciertas almas
mortales, hasta que
los tiempos como
los conocemos acaben.
Tras ver pasar
la vida de
mi último custodiado
por delante de
mis ojos, no
me queda otra
alternativa que esperar
a que la
siguiente persona elegida
aparezca. Sigo anotando
con mano temblorosa
los detalles de la llama
ya apagada de este
muchacho que dejó
este mundo antes
de lo previsto.
Mejor dicho, antes
de lo que nadie
habría previsto. Hay
tantas injusticias en nuestras existencias
que incluso yo no sería capaz
de escribirlas todas,
alguien con más
años que el
fuego, alguien inmortal.